DESENFOQUE DE 2

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EL PODER DE LA MIRADA

martes, 17 de marzo de 2015

"PURO VICIO"

LA CRÍTICA DE PACOTA

VALORACIÓN: 3/5  INTERESANTE


"VICIO PROPIO" es el título original de la película (algún día habrá que preguntarse a qué viene esa manía de cambiar los títulos originales), es una expresión marítima, utilizada para describir lo inevitable y la voz de la narradora, que nos acompaña durante todo el metraje (de la cantante Joanna Neeson en la V.O.), acentúa la historia como si se tratase de una maldición que tiene que cumplirse fatídicamente. Paul Thomas Anderson con peor o mejor fortuna rinde homenaje al cine negro, adaptando, como base a su guión, la novela de Thomas Pynchon "Inherent Vice", que se publicó en 2009 y que resulta mucho más extensa en situaciones y personajes que la adaptación al cine de Anderson en 148 minutos, lo que en mi opinión no favorece al desarrollo de la historia.

Si somos muchos los que pensamos que la primera historia policiaca escrita fue el Edipo de Sófocles, porque de hecho la obra cuenta con casi todos los ingredientes el que se daría en llamar "cine negro" (nada es lo que parece, un secreto vuelve para remover el pasado y la corrupción con el mismo impregna todos los sectores de la sociedad, el único ingrediente que faltaba era el detective privado que hizo su aparición en los años 40 de la mano de las novelas de Raymond Chandler y Dashiell Hammett, personaje cuya misión es la de explorar las áreas más sombrías de la psique americana.
Chandler los describió como  "Un hombre solitario, que desea ser tratado como un individuo orgulloso. Habla como los personajes de su tiempo, es decir, con rudeza pero también dando muestras de ingenio y sentido común" y así es como se comporta Larry Doce Sportello (Jocachim Phoenix), un fumador de marihuana metido a detective que conoce como la palma de su mano el entorno en el que se mueve (hippy underground de la California de los años 70). 

Resulta significativo que la situación política norteamericana de los 70 fuese muy similar a la de los 40 y 50, años de esplendor del cine negro americano. EE.UU. libraba una guerra contra el comunismo, esta vez en Vietnam y antes en Corea. En casa el Watergate se podía comparar al McCartismo, por lo que la traición y la traición eran temas recurrentes que competían con la aparente prosperidad. Una metáfora de la pesadilla americana, la otra cara del sueño americano que Anderson nos traerá de nuevo y como en el cine negro se muestran algunos de los aspectos negativos de la sociedad (corrupción policial y abuso de poder quedan dibujados). Además la historia está llena de macguffins, personajes que no aportan nada a la trama, por lo que la narración se irá adaptando y formando a lo largo del camino y conforme le van afectando los acontecimientos. 
Nuestro detective recibe un día la visita de su ex mujer que es la amante de un poderoso promotor al que su mujer el amante de ésta quieren internar en un manicomio, pero cuando Sportello acepte investigar, lo que irá descubriendo es que su ex está metida en un lío mucho más gordo. Además, tiene que tratar con su antagonista el teniente de policía Bigfoot (Josh Brolin).

Como puede apreciarse la historia es vulgar y mil veces repetida, cualquier buen aficionado encontraría antecedentes, además de en los grandes maestros  en tantos otros que crearon y colaboraron a hacer grande el cine negro. Pero en "Puro vicio" a los pocos minutos se frustran las expectativas del espectador de estar asistiendo a un futuro clásico, ya que Anderson opta por diluir la historia en otros géneros y atmósferas (comedia y drama) de tal manera que el espectador asiste desde su asiento a una confusión en la que le cuesta identificar a cada personaje y conectarlo a la trama.
 Pero sobre todo estamos ante una película sugestiva y que recupera la veta subterránea de nostalgia del cine americano de los 70 (Coppola, Scorsesse, Ashby), unos años en que la sociedad americana marchaba en busca de un paraíso que resultó perdido. 
En "Puro vicio" la estética se ha comido a la temática tanto que es explicable que gran parte del público y la crítica se han dividido al evaluarla. Con todo, en el panorama actual me parece recomendable aconsejarles su visión, por varias razones, por su inspiración creadora y su síntesis lograda de elementos formales como la fotografía, la música, el vestuario, por la excelente dirección de actores protagonistas (estupendos Joachim Phoenix y Josh Brolin), bien secundados por el resto del extenso reparto que hacen olvidar los defectos y complicación del guión.


PACOTA

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